miércoles, 18 de octubre de 2023

Educación Emocional. Alegría y Tristeza

¡Familias! 

Aquí estamos un curso más, para seguir mostrándoos cómo trabajamos y aprendemos siempre divirtiéndonos y a través del juego y la exploración, que es la base de la educación infantil.

En esta primera entrada de este nuevo curso, os vamos a mostrar uno de los proyectos que afrontamos con más entusiasmo este año, la educación emocional.
La educación emocional es un medio que ayuda al desarrollo personal de los niños, además de favorecer la inteligencia emocional, concepto que cobró gran protagonismo a partir de la obra de Daniel Goleman. La inteligencia emocional hace referencia a la capacidad o habilidad de cada individuo para reconocer sus propias emociones y las de otras personas, así como gestionarlas de forma adecuada en cada momento.

Este proyecto, que ya iniciamos el curso anterior (3 años), con la creación del rincón de las emociones, lo trabajaremos anualmente, en diferentes situaciones de la jornada que van surgiendo de forma espontánea (cuando surge un conflicto, cuando alguien se siente triste o enfadado... cuando algún compañero viene entusiasmado por algún hecho que le ha ocurrido y lo comparte con nosotros...) y dedicando los martes a realizar un taller sobre las emociones.

Os mostramos nuestro Rincón de las emociones



Los niños y niñas conocen perfectamente le funcionamiento de este rincón. No es un rincón de juego como tal, sino un lugar donde podemos ir cuando nos sentimos alegres, tristes, en calma, enfadados, con miedo, nos apetece estar solos...  Allí podemos tumbarnos sobre los cojines, abrazar los peluches, relajarnos con la botella de la calma... 
También encontramos carteles que nos ayudan a saber que podemos hacer cuando estamos tristes (por ejemplo, pensar en cosas que me hacen feliz) o cuando estemos enfadados (podemos contar hasta 10, respirando profundamente) o cuando tengamos miedo o estemos preocupados por algo (podemos hablar con nuestra maestra).

Además de utilizar nuestro rincón, realizamos actividades como son el Emociómetro, donde colocamos nuestra foto en el monstruo que exprese la emoción que sentimos en ese momento y explicamos porqué nos sentimos así. La foto la podemos cambiar cuando sintamos que nuestra emoción ha cambiado, es decir, cuando llegamos a clase, según como venimos, cuando volvemos del patio si ha ocurrido algo y nos sentimos de otra manera...


Otra de las actividades que estamos llevando a cabo con vuestra ayuda, es la elaboración de un Emocionario (un diccionario de emociones).
Cada viernes, uno de nuestros niños se lleva a casa el Emocionario y nuestras mascotas, los monstruos de colores.
Se trata de hablar con ellos durante el fin de semana, sobre las emociones, los monstruos, que color representa qué emoción, cuándo nos sentimos nosotros alegres, tristes, enfadados... y completar con ellos el libro escribiendo la emoción que les ha tocado, buscando imágenes que representen esa emoción y definiéndola brevemente.

Una vez trabajado en casa, cada martes, después del recreo, realizamos un taller sobre dicha emoción. 
En esta entrada vamos a mostraros los dos primeros talleres que han sido sobre la alegría y la tristeza.

El primero en estrenar el Emocionario fue nuestro compañero Izan, que le tocó trabajar sobre LA ALEGRÍA.


Después de ver el Emocionario, hablamos sobre las situaciones que nos producen alegría y cómo reacciona nuestro cuerpo. Cuando estoy alegre rio, salto, bailo... y nos gusta compartir la alegría con los demás, venir al cole y contar lo que hemos hecho o lo que nos ha pasado, por ejemplo.

Después la seño nos contó el cuento Las Estrellas de colores.


¡A nosotros también nos salían estrellas de colores!
























Escuchamos y bailamos la canción de El tren de la alegría.




Llegó el turno de nuestra compañera Andrea, que le tocó LA TRISTEZA.


Después de ver su página del Emocionario, hablamos sobre aquellas situaciones que nos producen tristeza. Cuando mi madre me riñe, o me quita el móvil, cuando no me lleva a la ciudad de los niños, fueron algunas de sus respuestas jijiji. Hablamos de cómo se expresa la tristeza en nuestro cuerpo. Cuando estamos tristes, a veces nos apetece estar solos, estamos decaído, nos sentimos vulnerables... Pero si nos abrazan, nos sonríen, poco a poco la tristeza desaparece.
También hablamos sobre situaciones donde hemos visto a personas de nuestro alrededor tristes y porqué se sentían tristes y qué podemos hacer nosotros para ayudarles.

Después escuchamos el cuento El ladrón de sonrisas.


Hablamos sobre el cuento, y sobre cómo la risa nos libera y hace que nos encontremos mucho mejor. 
A continuación, realizamos un taller de risoterapia. 
Primero ¡reimos muuuuuuuuuuuuuuuuuuucho!


Después, a una señal dada por la seño, teníamos que poner cara triste.


Jugamos a contagiar la sonrisa a los demás. Un compañero nos hará risa y nosotros tenemos que intentar no reirnos.




Por último, jugamos a hacernos cosquillas.



Con todo esto aprendimos, que la mejor medicina para la tristeza es la risa.

Por último, en un círculo, dibujamos una cara alegre por un lado, y una cara triste por otro, recordando que cuándo nos sintamos tristes, solo debemos darle la vuelta a la situación para dejar de estarlo, porque la mejor cura a la tristeza es la sonrisa.

Lo que debemos hacer ver a los más pequeños es que las emociones son algo natural, normal, sano y positivo y no debemos reprimirlas ni esconderlas. No nos tiene que avergonzar estar triste y no pasa nada si se manifiesta mediante el llanto (¿Cuántas veces les hemos dicho... No llores?!!!!). Por eso tenemos que permitirnos los adultos y permitirles a los niños y niñas, que las expresen sin temor ni vergüenza. 




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