Educación Emocional. Miedo, enfado y calma.

MIEDO

Nuestro compañero Lucas fue el encargado de completar nuestro Emocionario con la emoción del miedo.

Hablamos sobre esta emoción, sobre cómo nos sentimos cuando tenemos miedo, como reacciona nuestro cuerpo y expresamos aquellas cosas o situaciones que nos dan miedo (la oscuridad, los bichitos, las cucarachas...).

Comentamos con los alumnos/as, que el miedo, al igual que el resto de nuestras emociones, son normales y sanas. Todos tenemos miedo en algún momento, todos tenemos miedo a algo y no es nada malo. Podemos hablar con un adulto para que pueda ayudarnos con estrategias para superarlo, por ejemplo... un compañero nos comentó que le daba miedo la oscuridad y que su mamá le dio una linterna o su mamá se quedó acompañándolo un ratito.

Aunque el miedo es una emoción natural, hay una serie de miedos que debemos sacar fuera porque no hay probabilidad de que sucedan. Por ejemplo... ¿Puedo tener miedo a que me coma un dinosaurio? ¿Puede salir un fantasma de debajo de mi cama? Los dinosaurios así como los fantasmas, no existen, por lo tanto, la probabilidad de que eso ocurra es nula, por lo que esos miedos son los que sí tenemos que sacarlos fuera. Para ayudarnos, nuestra compañera Amalia, convertida en bruja, nos hizo un conjuro quitamiedos (nos iniciamos así en la realización de experimentos).

ENFADO

A nuestro compañero Rubén le ha tocado completar el Emocionario con la emoción del enfado.

En esta ocasión hablamos sobre aquellas cosas que nos hacen enfadar y qué es lo que sentimos.

Comentamos, que cuando nos enfadamos, notamos como un globo se va inflando poco a poco dentro de nuestro cuerpo. A medida que nos enfadamos, nuestro globo se va inflando más y más hasta que llega un punto que explota.

Si nos callamos cuando nos enfadamos y no explicamos qué nos está ocurriendo, si no lo hablamos con alguien, o no hablamos con esa persona que nos ha hecho enfadar... el globo puede llegar a explotar en nuestro interior, lo que supone hacernos daño a nosotros mismos. Pero tampoco queremos sacar el globo y que explote fuera porque podríamos hacer daño a los demás.

¿Solución? Intentar mantener la calma, para que nuestro globo no llegue a inflarse hasta el punto de explotar (hablar las cosas cuando notemos que nuestro globo se está inflando, para poder solucionarlo y que el globo se desinfle).

Y nada mejor para relajarnos que un poquito de yoga.

CALMA

Es el turno de nuestra compañera Amalia, que nos trae el Emocionario con la emoción de la calma.

Seguimos con otra nueva sesión de yoga, ya que es una práctica efectiva para fomentar la calma.

En esta ocasión practicamos yoga con el cuento de las mariposas.

La investigación científica ha demostrado que la calma en la educación infantil puede tener una serie de beneficios para los niños, que incluyen:

• Mejora del rendimiento académico: cuando los niños están en un ambiente tranquilo y relajado, su capacidad para concentrarse y retener información aumenta, lo que puede mejorar su rendimiento académico
• Mejora del bienestar emocional: la calma en el ambiente escolar puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad en los niños, lo que a su vez mejora su bienestar emocional
• Mejora del comportamiento: los niños que se sienten seguros y cómodos en un ambiente tranquilo y relajado tienden a tener un comportamiento más positivo y cooperativo
• Mejora de la salud: la calma en el ambiente escolar puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad en los niños, lo que puede tener un efecto positivo en su salud física y mental
• Desarrollo de habilidades sociales: cuando los niños se sienten seguros y cómodos en un ambiente tranquilo y relajado, tienen más oportunidades de interactuar y socializar de manera positiva con sus compañeros

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