Emociones: Asco y Vergüenza.

En esta entrada os mostramos una nueva sesión de Educación Emocional de la mano de nuestros compañeros Adrián y Ainhoa.

Adrián nos explicó la emoción del Asco.

El asco es una emoción que se genera cuando algo no nos gusta. Como otras emociones, tiene una función de supervivencia, es decir, sentimos asco cuando vemos, olemos, escuchamos, probamos o tocamos algo que nos provoca rechazo o repugnancia.

El aso ayuda a elegir, a aprender a decir NO. Si no existiera el asco, nuestros niños y niñas serían tan conformistas que no podrían tener una personalidad fuerte ni tomar decisiones importantes en la vida. Es una emoción difícil de controlar, ya que responde a un impulso. Sin embargo, también hay que aprender a dominarlo, ya que el rechazo por asco puede generar hostilidad o tristeza en otra persona.

Una vez vimos el Emocionario, como siempre, nos centramos en nuestras propias experiencias para profundizar en la emoción... ¿Qué nos da asco?

Hablamos también sobre la manifestación del asco en nuestro cuerpo: la nariz se arruga y los labios superiores se elevan. Cuando el asco es muy fuerte, la lengua sale ligeramente de la boca. Puede provocarnos también náuseas, vómitos, sudores...

Finalmente, realizamos un taller sensorial, donde expresamos que sentimos al probar y oler ciertos alimentos y valoramos el sentir asco/placer como una emoción básica a través del sentido del olfato y del gusto.

Nuestra compañera Ainhoa, nos explicó la emoción de la vergüenza.

La vergüenza es una emoción social compleja que todos hemos sentidos en alguna ocasión con más o menos intensidad. Decimos que es una emoción social porque solo podemos sentirnos avergonzados cuando estamos en compañía de otras personas. Y compleja porque es el resultado de la combinación de tres emociones básicas: ira, miedo y tristeza.

Prácticamente, la totalidad de niños pasan por fases pasajera en las que se presentan con frecuencia episodios de vergüenza. Estas etapas suelen incrementase coincidiendo con algún cambio importante en la vida de nuestros niños, por ejemplo, cuando inician el colegio o la guardería, la llegada de un hermanito... Momentos en los que los niños se sienten más inseguros y vulnerables.

Después de ver esta emoción, hablamos sobre aquellas situaciones que nos producen vergüenza.

¿Cómo podemos ayudar a los niños a superar la vergüenza?

La inseguridad o la falta de confianza en sí mismos son ingredientes importantes en la aparición de la vergüenza en niños y adultos, por tanto lo primero que debemos hacer para ayudar a los niños vergonzosos es potenciar su autoestima y aumentar su confianza ¿Cómo?

1. Elogiar sus progresos, reforzar positivamente no tanto el resultado final como el esfuerzo realizado.

2. Ser modelos a seguir, predicando con el ejemplo. Debemos explicarles que los adultos también sentimos vergüenza en muchas ocasiones y que debemos aprender a superarla para conseguir nuestros objetivos. Que no es fácil pero que somos capaces de hacerlo o de intentarlo.

3. Apoyarle en las situaciones nuevas sin sobreprotegerle, aunque le dé vergüenza enfrentarse a ellas.

4. Fomentar que se relacione con otros niños y niñas asistiendo a las fiestas de cumpleaños a las que le invitan, acudir con frecuencia al parque, etc.

5. Estimular que haga preguntas y peticiones a terceros, por ejemplo cuando vamos a comprar el pan o pedimos un refresco en un restaurante.

6. Fomenta su autonomía e independencia. Permite que haga cosas por sí solo sin necesidad de que tú le ayudes. 

7. Evitar criticar al niño cuando habla, pinta, baila...

8. No hablar ni responder por él cuando alguien se le dirige y no quiere contestar, pero tampoco defenderle bajo etiquetas de 'tímido', 'vergonzoso'...

9. No forzar a que hagan nada que no desean hacer como por ejemplo hablar, besar o bailar delante de la abuela cuando viene a casa para demostrar lo bien que lo hace. 

10. Evitar las comparaciones con otros, ya sean amigos, compañeros o hermanos. Cuando comparamos a un niño con otro le estamos lanzando la idea de que no nos gusta como es y que preferiríamos que fuera otra persona.